viernes, 18 de junio de 2010

La historia de una mujer y su éxito



¿Qué como las ventas por catalogo de ilusión me han ayudado a salir adelante?

Antes que nada me presento, soy Virginia Marín Fernández, tengo 38 años y vivo en Veracruz, Ver. Hoy deseo contarles mi historia antes y después de iniciarme en las ventas por catalogo de Ilusión, porque sinceramente les digo que Ilusión cambió mi vida.

Lo que les puedo asegurar es que antes de que me auto empleara en las ventas por catalogo ilusión mi vida era como la de cualquier otra ama de casa, monótona, rutinaria y me sentía muy impotente de no poder ayudar a mi esposo con los gastos de la casa.

A veces me deprimía el pensar que por no haber podido seguir estudiando no podía ser una mujer independiente y exitosa, capaz de ayudar en la economía familiar y poder darles a mis 2 hijas todo lo que siempre soñé para ellas.

Yo siempre me consideré una persona tímida e insegura y eso no me permitía desenvolverme socialmente, es decir, no contaba con muchas amistades y casi siempre me la pasaba en casa deseando que mi vida cambiara de alguna forma ya que siempre supe que dentro de mí había una mujer emprendedora, soñadora y sobre todo con enormes ganas de salir adelante.

Siempre que pasaba por alguna tienda Ilusión le decía emocionada a mis hijas que algún día me iniciaría en ese negocio, que eso nos ayudaría a tener más ingresos y salir más juntas y podríamos pasar fines de semana fuera de casa en familia, en fin, mi principal motor para soñar siempre fue mi familia, ya que ante todo soy amiga de mis hijas y mi esposo.

Cuando le platicaba a mi esposo mis planes y entusiasmo de iniciar mi propio negocio de ventas Ilusión, él solo me decía que me apoyaría pero yo sabía que en el fondo él no compartía esa ilusión que yo sentía. Nunca le reproché ni lo juzgué porque entendía que mi esposo solo tenía miedo a que me independizara y el hogar feliz que hasta ahora habíamos formado se derrumbara.

Así pasaron los meses y los años hasta que un día me decidí, recuerdo que en ese tiempo la situación económica de mi esposo estaba muy mal, no nos alcanzaba el dinero ya que mis hijas ingresaron a la preparatoria y a la secundaría respectivamente, y el sueldo que ganaba mi esposo como proveedor de pan de una panadería pequeña pues no era suficiente para cubrir todos los gastos escolares, además yo sentía la necesidad de hacer algo para apoyar a mi esposo y enseguida supe que era el momento que siempre estuve esperando para realizarme plenamente como mujer.

Entonces me decidí a iniciarme en el negocio, fui a una tienda Ilusión que se encontraba en Esteban Morales, cerca de la preparatoria donde estudiaba mi hija mayor. Llegué llena de esperanza y sueños y desde el primer momento sentí que ese era mi lugar que fui una tonta por no haberme atrevido antes, ya que desde que entré acompañada de mi hija, nos recibieron amablemente con una sonrisa, las empleadas de la tienda eran unas jóvenes muy amables y entusiastas y me dieron la información necesaria para que yo me animara más.

Salí de la tienda decidida a contarle a mi esposo que había encontrado la solución a nuestros problemas económicos, pero me enfrentaba a un problema mayor: como recibiría mi esposo la noticia, ¿me apoyaría de verdad? o ¿sólo me decía que me apoyaba porque pensaba que nunca me iba a atrever? Muchas preguntas y dudas me invadían, pero nada me quitaba ese entusiasmo que me motivaba tanto.

Cuando llegué a casa y platiqué con mi esposo, su respuesta me sorprendió, me dijo que me apoyaría y que me ayudaría a conseguir el dinero para invertir en mi primer pedido, me dijo que me acompañaría a comprar mi primer catalogo y que estaba muy contento por mi intención de ayudarlo.

Al día siguiente fuimos a comprar el catalogo y ese mismo día visité a mis familiares, todos estaban sorprendidos de mi actitud tan emprendedora, ya que yo siempre había sido muy tímida y la mayoría de mis familiares me decían que no duraría mucho en el negocio porque yo no tenía madera para las ventas.

No niego que al principio me costó mucho trabajo llegar a las casas y mostrarles el catalogo, para ofrecerles la ropa interior, pero dentro de mí había una fuerza muy grande que se que Dios me regaló, además mi principal motor que era mi familia siempre estuvo apoyándome y motivándome.

Aun recuerdo que mi primer pedido fue de solo las 12 prendas que necesitaba para obtener el precio de mayoreo, y fui muy emocionada a comprar mi pedido, siempre recibiendo el trato amable y afectuoso de las empleadas de Ilusión.

Así fue como me inicié en el negocio de ventas por catalogo ilusión, hoy llevo casi cinco años vendiendo y desarrollándome plenamente, puedo decir orgullosa que soy una persona más segura, independiente y feliz.

La economía de mi hogar ha mejorado sorprendentemente y ahora no solo apoyo a mi esposo, sino que yo solvento la mitad de los gastos de la casa, y puedo darles a mis hijas todo lo que siempre soñé.

Hoy me siento una mujer mexicana valiente, que trabaja honestamente y que gracias a mis ventas por catalogo Ilusión ahora tengo muchas amistades y en ningún momento he descuidado lo más preciado y valioso que poseo: mi familia.

Por eso cuando vi esta convocatoria sabia que debía contarles mi historia y motivar a muchas mujeres mexicanas que como yo tienen el sueño de desarrollarse plenamente, de sentirse útiles y sobre todo de mejorar su economía familiar.

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